Desde mi punto de vista, es una
simpleza decir que el motivo de un suicidio es la lectura de un libro o la
escucha de una canción. Cuando una persona tiene ideas depresivas quizás esta
más predispuesta a buscar un reflejo de sus emociones en todo lo que le rodea,
y a sentirse identificado. La idea del
suicidio se instala en una persona por problemas previos a la posible
influencia del arte por triste y melancólico que este sea. La naturaleza del
ser humano hace que seamos capaces de identificarnos rápidamente con las
emociones del otro, por eso nos asustamos con las películas de miedo aunque
sepamos que estamos a salvo o sufrimos con el pobre Werther, por empatía.
Pienso que esa es la mejor habilidad del arte, hacer que compartamos las
emociones que crea el artista.
Muchas veces la estadística es
engañosa, y no debemos interprétatela literalmente, es decir, lo que
estadística puede parecer una consecuencia puede que solo sea una mera
casualidad. Si nos centramos en Werther, si Werther fue un boom literario,
leído por muchos jóvenes, era fácil que los jóvenes suicidas de aquella época
hubieran leído Werther. Hay que tener en cuenta que esta obra se publica en una
época de grandes cambios sociales y políticos en Alemania y en toda Europa, la
sociedad estaba cambiando y los valores tenían que adaptarse a los cambios. Es
comprensible que en una situación así muchos jóvenes desorientados viesen en
imitar a Werther una salida digna a unas vidas que no les llenaban.
A mi modo de ver, son las
circunstancias sociales y económicas las que tienen más influencia en que una
persona con tendencias suicidas termine llevándolo a cabo.
Como dice el principio de este
articulo la relación entre el arte y el suicidio no pasa de ser una leyenda
urbana, ninguna ciencia, ni siquiera la estadística puede demostrar que una
obra de arte haya sido el factor determinante en el suicidio de una persona.