domingo, 15 de febrero de 2015

Fuentes inacabables de evasión.

Hay dos grandes artistas, que desde muy pequeña (debido a la influencia de mi madre) me he sentido de alguna extraña forma muy atraída, ellos son: Frida Kahlo y Salvador Dalí. Ambos son los culpables de mi frustación ante mis pésimos dotes artísticos, pero a la misma ver me hacen ver el arte como una fuente inacabable de imaginación, pasión y evasión.
Empezare hablando de la grande y sufridora Frida Kahlo. 

No creó que sea necesario decir cuando nació y dónde...y todos esos datos, ya que podéis buscarlos vosotros mismos, no son verdaderamente interesantes. Esta mujer es un ejemplo a seguir de mujer luchadora, independiente y rebelde. Por desgracia, Kahlo sufrió un grave accidente que le provocó grandes dolores durante el resto de su vida, estando encamada largas temporadas.  Sus relaciones sentimentales también fueron difíciles, estuvo unida durante años al famoso pintor muralista Diego Rivera, que era un hombre casado.  Su gran frustración fue no poder ser madre, y su obra expresa todo el dolor físico y emocional que tuvo que soportar. 



El siguiente y último a mencionar es el alocado Salvador Dali. Dali es el mayor representante del surrealismo, sus obras son la máxima representación de la imaginación y creatividad, motivo por el cual consiguió elevarme a millones de mundos de fantasía cuando era pequeña. 


Este autor desde muy pequeño destaco en la pintura, haciendo su primer cuadro llamado "El niño Enfermo", pintado con 10 años. Otro dato curioso, pero a la vez un tanto espeluznante, es que tras la muerte de su hermano y su nacimiento, sus padres lo llamaron igual que su difunto hermano. Dalí exhibió de forma provocativa todas las circunstancias íntimas de su vida y su pensamiento. Con este pintor, nuevamente dejare mis cuadros favoritos.


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