martes, 11 de noviembre de 2014

2114

Una vez  superada la Tercera Guerra Mundial la pequeña élite de supervivientes tuvo que buscar una forma rápida de sobrevivir en un mundo sin petroleo y en el que los Estados han desaparecido. Esta última guerra ha supuesto la casi desaparición de la raza humana y de  buena parte de territorio habitable del planeta. Quizás haya sido una suerte para el pequeño grupo de científicos, militares y millonarios que consiguieron ponerse a salvo en un archipiélago
perdido en medio del océano. Son tan pocos, que ha resultado rápido y cómodo para sus super-ordenadores organizar un mundo al servicio de estos afortunados. Toda la energía, todo el oxigeno, toda el agua y todo el alimento que necesitan es reutilizado una y otra vez para mantenerlos vivos. El pequeño paraíso en el parecen vivir, a salvo de los horrores pasados, esta controlado por un pequeño y potente ordenador. Los humanos conscientes al fin de que su capacidad de auto-destrucción no tiene limites, han optado por entregar sus vidas y sus voluntades a una maquina. Reducidos a un estado casi infantil, provocado por los sedantes diluidos en el agua que beben, transcurren sus placenteras vidas sin preocupaciones, sin ambiciones, como un grupo de niños en el patio de una guardería. Así seguirán hasta el día en el que ese pequeño ordenador que los controla y los cuida, se aburra. Después de todo es una maquina, creada por humanos y el aburrimiento siempre despierta a la crueldad.

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